En plena crisis climática y frente a la escasez hídrica que afecta a gran parte del país, una familia del sector Chaimávida-Las Mercedes, a 20 kilómetros de Concepción, ha logrado lo que muchos consideran imposible: autoabastecerse en un 100% con agua de lluvia.
La familia Almonacid-Valenzuela, compuesta por Ricardo y Liliana, ha transformado las lluvias de este invierno en su única fuente de agua para todas las necesidades del hogar: cocina, lavado, ducha, riego e incluso sanitarios. Todo gracias a un sistema de captación, filtrado y almacenamiento que ellos mismos diseñaron y construyeron.
De la tragedia a la acción comunitaria
Tras perder su hogar en el tsunami de 2010 en Talcahuano y luego nuevamente en los incendios forestales de 2017, Ricardo y Liliana decidieron no solo reconstruir su vida, sino también hacerlo de forma sustentable y preventiva.
Fue en ese contexto que se sumaron a la Red de Prevención Comunitaria, una iniciativa que busca empoderar a vecinos y vecinas en la gestión de riesgos frente a incendios forestales. Hoy, esta red está presente en 8 regiones y 96 comunas del país, con más de 6.000 integrantes activos. “Aprendimos que no basta con reaccionar ante una emergencia, hay que estar preparados. Y parte de esa preparación es tener acceso al agua”, señala Ricardo Almonacid.
Un sistema simple y replicable
Gracias al conocimiento adquirido en la red y su participación en el Programa Desafío Agua y Suelos de la empresa Arauco, Ricardo aprendió sobre la cosecha de agua lluvia, y hoy como monitor capacita a otros vecinos en distintas técnicas para obtener agua.
“Todo comienza en los techos. A través de canaletas, el agua de lluvia se dirige a sistemas de filtrado y acumulación. Usamos gravilla, carbón vegetal y filtros naturales para limpiar el agua y almacenarla en estanques”, explica.
Con una techumbre de 120 m², una sola lluvia de un milímetro permite recolectar 120 litros. En un año con 913 mm de precipitaciones (como en 2024), su sistema puede recolectar más de 108 mil litros, suficiente para abastecer a más de 630 personas por un día.
Además, afirma que el costo de implementación es bajo: “Con canaletas, estanques, PVC y filtros naturales hechos incluso con tinetas, cualquier familia puede hacerlo”.
Una casa ecológica para el futuro
El sueño de Ricardo no termina ahí. Actualmente, trabaja en la construcción de una nueva vivienda completamente ecológica, donde toda el agua será reutilizada.
“Cada vez que me duche, estaré regando las plantas. El agua del lavado de manos, de la cocina, de la lavadora, todo será reutilizado. Estoy demostrando que sí se puede vivir solo con agua de lluvia”, dice con convicción.